Escucho Tango y todo tipo de música desde que tengo memoria. Comencé a tomar clases de baile en 1995. Cuando empecé a asistir a las milongas me di cuenta de que había otra forma de escuchar y me interesé por la musicalización, algo precaria por entonces. También, y especialmente, por la difusión. Aprovechando las posibilidades de Internet, creé en el 2000 el boletín electrónico, ahora revista digital interactiva, Tango y Cultura Popular, logrando una importante repercusión.
Fui durante varios años musicalizador en la milonga rosarina del Centro de la Tradición El Hornero, siempre observando a los bailarines, aprendiendo y proponiendo. Así fui creando un estilo propio en la manera de organizar las tandas y seleccionar y combinar las orquestas, teniendo siempre en la mira una pista llena de gente contenta. Esto lo apliqué recientemente en México y en Rumania, en charlas sobre el tema y como DJ de varias milongas, y fui muy bien recibido. Decidí ocuparme de esta cuestión como una tarea más de difusión del Tango, sobre todo después de sufrir, como bailarín, tandas profundamente aburridas...